Voluntarios rianavia

Daniel Pérez Martínez, voluntario.

Agosto, Navia y  el Descenso


Soy de ese tipo de personas, que antes de nacer, ya tiene grabada esas tres palabras en su ADN y que al poco tiempo de ser consciente, ya se siente muy orgullosa de ellas.

En mi familia hay una infinidad de historias y colaboraciones con el Descenso Internacional a Nado de la Ría de Navia, pero esta es mi historia:No sé cómo llegué a la organización, pero me imagino que sería en el verano de 1986, con apenas 7 meses de vida y seguramente en carrito, o en brazos de mi madre, mi padre, mi tía e incluso mi hermana de 6 años.



Mis primeros recuerdos de colaboración en el descenso, son más de restar que de sumar. Quike y yo nos pasábamos las mañanas de finales de Julio y principios de Agosto por la oficina del Descenso, situada en la calle Maestro Sama. Allí nuestra labor era más entorpecer que otra cosa y los “voluntarios”  de aquella época, sumaban a sus labores, la de cuidador de niños, entreteniéndonos con trabajos más propios de parvulario que organizativos.

Recuerdo un día, ya en la actual oficina, como fui encargado de llevar cartas de la organización a correos (seguramente del área de “trofeos”, que tantos años dirigieron mi hermana Covadonga y mi prima María). Al llegar allí un hombre “rizosín” y con gafas me indicó que podía depositar las cartas en el buzón; cuando fui a ello, sacó la mano por la pequeña rendija. Creo que ahí comencé también con mi actividad atlética, de lo que corrí en dirección a la oficina; esas cartas nunca llegarían a su destino, si no fuera porque Jose Luis las recogió del suelo, pero desde ese día, también estuvo condenado a aguantarme para siempre.



Y digo a aguantarme para siempre, porque mi primera labor,  más o menos “seria” en la organización, fue ser su ayudante, junto a mi primo Ignacio, de la señalización del recorrido de la prueba deportiva, además de infraestructura de meta. Corría el verano de 2004 y yo contaba con 18 añitos.  Junto a José Luis no solo  aprendí el arte de poner “Boyas”,  manejar embarcaciones y toda clase de nudos marineros… Junto a él aprendí  lo que significa trabajar para el Descenso,  y de paso también lo que significa, navegar, el mar, la ría, Navia y sus gentes. Sus historias, son las historias de una organización que se hizo así misma para unir todo lo que hoy soy: deportista, amante de la villa, naviego de adopción y voluntario de Ría de Navia.



También he realizado labores múltiples, de esas que forman parte de la EOVRN (Educación Obligatoria del Voluntariado de Ría de Navia), pintar gorros, hacer recados, anotador, transportista, mozo de carga, albañil..etc

Ser voluntario de Ría de Navia es hacer de todo, sin saber prácticamente de nada, aprendiendo en el camino y aplicándolo después en la vida.  Aquel que niegue que trabajar en el Descenso le ha hecho más serio, más ordenado y más disciplinado en su trabajo, niega su propia existencia. El Descenso también me ha hecho más competente en mi trabajo, en mi deporte y tal vez en la vida.


Lo último que he hecho en el Descenso es ser jefe de prueba de la categoría menores B (gasolinera), coordinar el equipo de comunicación y ser adjunto del área técnica deportiva…Pero lo que nunca dejaré de hacer, es ser voluntario de Ría Navia, pues allí, a orillas de sus aguas he conocido a grandes personas, he vivido innumerables experiencias y he disfrutado del privilegio de sentirte parte de algo,  algo tan grande que seguirá, aunque no sigamos ninguno de nosotros





Un sentimiento: siempre el agua, siempre los amigos.

Ser voluntario de Ria Navia

Exiten infinitas maneras de divertirse en verano, muchísimas experiencias, millones de lugares que puedes conocer, aventuras que surgen al momento o, entre otras muchas cosas,  ser voluntario del Descenso.

Para los que trabajamos desde hace años en la organización, no podemos concebir un verano sin sentir muy de cerca este deporte. Son varias las horas  que pasamos en una oficina en la que, con el paso del tiempo, se ha formado una familia unida por el amor a la natación en  aguas abiertas.

Voluntarios en la Ofrenda de nadadores a la Virgen de la Barca

Voluntarios en marcaje de nadadores

La mayoría de los trabajamos día tras día, con varios descansos y algún que otro piscolabis, sabemos que los quehaceres siempre van acompañados de numerosas risas que parecen no tener fin. Se trata de un lugar muy acogedor donde se forja la amistad y el compañerismo, al que acudes para ver a tu gente desempeñando su labor de siempre, por lo general, con una sonrisa de oreja a oreja (exceptuando los momentos de estrés por cúmulo de inscripciones a última hora, y los nervios porque todo salga lo más cercano a la perfección.

Voluntarios durante la prueba deportiva

Voluntarios en pasacalles de grupos folklóricos y nadadores


Cuando no llueve (ya sabéis que en Asturias éste fenómeno meteorológico aparece en pleno julio y agosto), los voluntarios nos juntamos en los merenderos de la playa para cenar. Hacemos la característica “cena del traje”, en la que cada miembro aporta una comida o bebida para el disfrute de todos, llevamos “al dedillo” eso que dice “compartir es vivir”. Así es, cuando no compartimos alimentos, lo hacemos con el material de la oficina.
Aquí no sólo se trabaja y se come, también se va de fiesta. La noche de pregón y sobre todo la del descenso, la unión nadador/a-voluntario/a es algo que suele verse año tras año desde tiempos inmemoriables.

Voluntarios en la tradicional "cena de traje"

Voluntarios en el baile del Pregón del Descenso

La organización del Descenso abre sus puertas y sus brazos a toda persona que quiera formar parte de este gran grupo de amigos. ¡Cuantos más seamos, mejor! ¡Anímate!


Voluntarios en el Stand del Descenso



Dpto de Voluntariado. 
(voluntariosrianavia@gmail.com)

Reina y Damas del LVIII Descenso a Nado de la Ría de Navia.

Hola amigos:

Un año más por estas fechas, el Descenso a Nado de la Ría de Navia escoge a su Reina y Damas que serán la imagen visible de esta LVIII edición que tan sólo acaba de dar comienzo.

Hace unas semanas se publicaban las fechas oficiales de los actos deportivos y folklóricos (puedes leer la info. aquí) y tras la confirmación la semana pasada de Reina y Damas, parece que la edición del presente año 2015 va cogiendo cada vez más forma.
Ellas son: Lucía Menéndez Cosmea (Reina), Maria González (Dama) y Ana Baniela (Dama).

A continuación puedes leer las palabras de agradecimiento de Lucía a toda la Organización por confiar en ella, un año más como colaboradora y reina de nuestro Descenso.

¡Enhorabuena a las tres! 
¡Desde el Departamento de Prensa y Comunicación os deseamos un feliz Descenso cargado de buenos momentos!


Lucía, naviega de toda la vida,en el Parque Campoamor.

“Mi nombre es Lucía Menéndez Cosmea, soy naviega de toda la vida y una de las cosas que más felicidad me transmiten son las fiestas de mi pueblo, aunque sin dudarlo lo que más me gusta del verano son tanto la preparación previa como el día mismo del Descenso.  Hace unos días me ofrecían ser la reina de este LVIII Descenso. Desde el primer momento me hizo muchísima ilusión y acepté sin pensármelo dos veces.


Colaboro en el descenso desde que tengo 6 años y con el tiempo se me hace impensable un verano sin él. El descenso para mi es trabajo, natación, fiesta, pero sobre todo amistad. Disfrutar de esta fiesta de la natación en tu pueblo, con toda tu gente, además de la cantidad de amigos que llegan a Navia es una auténtica alegría. Puedo decir sin temor a equivocarme que mucha de la gente nueva que he conocido en los últimos años la he conocido gracias al Descenso. Es un cariño especial por todo lo relacionado a él y que seguro tendré siempre. Supongo que la emoción y el cariño que nos transmite a la gente de la organización el descenso es algo que se quiere o no se quiere, que se siente o no se siente. Por ello este Descenso para mí destacará sobre el resto de ediciones.


Para acompañarme en esta experiencia quien mejor que mis amigas, personas con las que disfruto muchos de los mejores momentos de mi vida y sobre todo el descenso, ambas voluntarias en la asociación y naviegas. Sus nombres son Ana Baniela Arias y María González González.


Este año viviré el descenso de una manera distinta, tal vez comenzando el baile del brazo de Moreno o montada en una carroza (cosa que no hacía desde muy muy pequeña) pero no por ello menos especial. Estoy segura que tanto mis amigas como yo disfrutaremos de este verano como nunca.Por último quiero agradecer  a toda la organización esta oportunidad, por dejarme vivir el descenso de esta forma, por convertirse en grandes amigos  y por ser una gran familia para mí”.






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