Voluntarios rianavia

Quique, "el malagueño".

"En una madrugada explorando recién nacidos me ha llegado esta petición.
Oportuna, sin duda, puesto que probablemente yo formo parte del Descenso ya desde que nací.
Si me presento como Quique algunos me reconoceréis; si añado lo de “los malagueños” ya me identificáis muchos más.


Cova, Dani y Quique.


Dani y Quique.


Me han pedido que describa mi experiencia como voluntario en la Ría de Navia, que ya señalo que equivale casi a relatar mi biografia.
Así que intentaré ser breve, o hasta que el sonido del busca interrumpa mis reflexiones.


Podría hablar de diferentes actividades desarrolladas, de diversos lugares de trabajo y de ocio... per eso no es lo que a mí me hace SER del Descenso.
De lo que me siento llamado a escribir es de experiencias vitales y sentimientos que marcan mi andadura como colaborador de esta organización.

Hoy día es muy habitual ver en los eventos deportivos, especialmente en los de mayor embergadura, un colectivo de personas con igual atuendo que además de proporcionar cierto colorido al avento, aportan un trabajo esencial para el desarrollo del acontecimiento. Son los llamados “voluntarios”; yo mismo he sido de la partida en algunos, los más recientes el Mundial de Natación Barcelona 2013 y el próximo Mundial de Baloncesto España 2014.


Grupo de voluntarios, BCN 2013

Pero existe una notable diferencia de éstos con respecto al Descenso, que intentaré descubirir en las siguientes líneas.

En esta asociación coincidimos diversas generaciones. Desde mis padres, tíos y resto de jóvenes de su edad; pasando por mi hermana, mis primos y su quinta; hasta mi mellizo y colegas de nuestra edad. Y ahora los cada vez más jóvenes colaboradores, en los que me siento reflejado porque hace poco yo me encontraba en esa situación. Todo un orgullo.
Y no puedo olvidarme de los que han estado y siguen estando con nosotros,  porque el legado que nos han dejado y su recuerdo nos acompañan siempre.


Quique, Cova, Pascual y Belén.

Quique y su madre, Belén, el día de San Roque. (2013)

Un grupo de "amigos" nadando el Minidescenso.


Los "malagueños".


Quique y Paqui, verano 2014.

Por encima de todo esfuerzo, dificultades y carreras de última hora, está esa mano en el hombro, una sonrisa cruzada, las carcajadas con sidras de por medio. Todo esto hace que esas personas que formamos parte de esta aventura seamos más que amigos: la FAMILIA del Descenso.
Es aquí donde radica la singularidad del Descenso. Aunque trabajase todas las horas del año para su organización, no sería suficiente para devolverle este gran regalo que supone la amistad de estas personas y lo que vivimos juntos.

Año 1995. Quique a la derecha de la imagen colaborando en la Asociación.

Cierro; nace un niño. Mientras me lo acercan tras cortarle el cordón umbilical, reflexiono de nuevo que yo en aquél momento ya llevaba el Descenso en la sangre.

Siempre, siempre los amigos.





Enrique Pérez Martínez.

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