Voluntarios rianavia

El significado del Descenso para quien lo vive desde hace años: María García López.

"No recuerdo con exactitud el primer momento que entré en la oficina para colaborar con la asociación (puede que no tuviese uso de razón de aquella, pues según dicen, ya con meses de vida rondaba por aquellos lares), ni la primera vez que hablé con "el Moreno", tampoco la primera carroza en la que subí, junto con todas mis amigas, vestida de asturiana.


María y "Moreno" en el pregón del LV Descenso.

Lo que sí recuerdo, ya pasados unos años, es la alegría y la emoción que me transmitía ese día, pues el Descenso, como bien sabéis, no sólo es deporte, sino que es sinónimo de amistad, compañerismo y fiesta. 

Es ese cosquilleo que sientes en el estómago al levantarte un señalado domingo de agosto, el ir con más fuerza que nunca a la oficina y por supuesto, es eso que no te permite, no sé por qué razón, quitarte la sonrisa de la cara hasta que anochece. 


María (Reina) junto a Marta y Lucía (Damas) en el LV Descenso

Es el llenar Navia de color, de diferentes culturas; el conocer gente nueva y el mostrar nuestras costumbres, nuestra música. También son esas lágrimas que saltan de los ojos de los voluntarios al escuchar el himno de Asturias o el himno a la Virgen de la Barca que dan por finalizada la ofrenda de cada edición. Esa sensación rara que recorre tu cuerpo cuando los jueces de la prueba realizan la cuenta atrás minuto a minuto para dar la salida, y por no decir el tocar el agua, no muy caliente, nada más escuchar el silbido que da inicio a la gran prueba. 
María, junto a sus hermanas Isabel y Carmen.

Ofrenda de los nadadores, Iglesia de Navia


Es ver al público en el parque Ramón de Campoamor, en el Puente, espigón, pantalán y en la llegada. Es la satisfacción de haber tocado, o de ver tocar a los nadadores la pancarta de meta, y esa característica voz del comentarista manteniendo informados en todo momento a los espectadores, ansiosos en su totalidad por saber quién es aquel o aquella que encabeza la prueba. 

Es el ver a los nadadores, arropados siempre por sus entrenadores, entrar en calor tras degustar el delicioso chocolate de "Purito", o el recordar más que nunca a todas aquellas personas que, por desgracia, ya no están. Es ver pasar el tiempo y no querer que acabe el día. Es el sentirte afortunado y el saber transmitir el sentimiento de ser voluntario". 


Foto de archivo LVI Descenso




¡siempre el Agua, siempre los Amigos! 


María García López.

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